Por Patricio Aguilera, gerente general del CNP
Nos encontramos aún en la crisis sanitaria global, que en 2020 mostró los altos estándares de seguridad y capacidad de adaptación de la minería nacional para garantizar la continuidad operacional de las faenas productivas y la seguridad de los equipos humanos.
Este año 2021 sigue siendo complejo y desafiante. En nuestro país, la pandemia ha significado la redefinición de los planes estratégicos de las industrias para poder ajustarse y enfrentar de mejor manera las restricciones operativas.
Al mismo tiempo, también ha traído enormes aprendizajes y el espacio de repensar muchos procesos, incorporando tecnología, ingenio y resiliencia, y así orientarlos de manera más decidida hacia escenarios laborales de mayor eficiencia y seguridad, principalmente para los trabajadores y trabajadoras.
Este esfuerzo nos impone nuevos retos relacionados con la incorporación de tecnología e innovación como estrategia fundamental de la gran minería. Sin duda, este escenario catalizará etapas de transformación, resiliencia e innovación, que requerirán, además, una enorme capacidad de la industria para lograr agilizar la incorporación de nuevas tecnologías.
Tendencias tecnológicas
Si bien es un desafío, este escenario representa una gran oportunidad para los desarrolladores tecnológicos, ya sean startups o Pymes, que pueden aportar con soluciones tecnológicas que sintonicen con las tendencias mineras de este año, que apuntan principalmente al uso de tecnologías de la información y comunicaciones (TIC), big data, IIOT, trabajo remoto y digitalización. Además de invertir en capacitación de las personas hacia las nuevas habilidades que están exigiendo las nuevas formas de trabajo, un viaje que en muchos aspectos será sin retorno. En definitiva, se trata de ir apurando el tranco hacia una minería más resiliente, ágil, segura, verde y climática.
Para lograrlo se requiere no solo de más desarrollos tecnológicos sino que estos puedan responder efectivamente a las necesidades tecnológicas de la industria, junto con la nueva forma de hacer minería que aceleró la pandemia. En el estudio “La Ruta del Emprendimiento en Minería”, que lanzó en septiembre de 2019 Expande, con la colaboración con Vantaz y Endeavor, sólo un 30% de las innovaciones en minería estaban dirigidas a solucionar los desafíos del rubro.
Este hallazgo, uno de los principales del estudio, señala de forma dramática que el ecosistema no ha logrado afiatar la demanda de innovación de la minería con la oferta de nuevas tecnologías que desarrollan los proveedores. Se suma a ello que existe una brecha para que las nuevos inventos puedan ser validados en condiciones que den confianza a la industria, permitiendo acelerar su entrada al mercado.
En este contexto, el Centro Nacional de Pilotaje tiene la responsabilidad de contribuir a que más y mejores tecnologías puedan ser incorporadas a las faenas la gran minería, principalmente por su rol como validador de nuevas soluciones tecnológicas en espacios reales a escala industrial, poniendo todas las capacidades expertas de sus profesionales y de la red de socios, junto a su vinculación con el ecosistema.
El periodo presente y el que se nos viene post era-covid trae nuevas incertidumbres, pero también múltiples oportunidades para que nuestra minería se mantenga como pilar productivo del país y siga contribuyendo a mejorar la calidad de vida laboral y la de los chilenos en su conjunto.